Han pasado 57 años desde su último combate, casi 34 de su fallecimiento, pero sigue siendo considerado por los más reputados críticos del noble arte, el mejor libra por libra de la Historia, es decir, el mejor boxeador de todos los tiempos. Campeones de la talla de Joe Louis, Sugar Ray Leonard o el gran Muhammad Alí, lo consideraron y reconocieron como el mejor.
Nombrado el mejor boxeador del siglo XX por Associated Press , la ESPN lo señaló como el mejor boxeador de la historia en 2.007, reconocido por la prestigiosa revista especializada The Ring como el mejor boxeador libra por libra de todos los tiempos en 1.997 y elegido en 1.967 para ingresar en el Salón Internacional de la Fama del Boxeo. Efectivamente, hablamos de Ray "Sugar" Robinson.
Walker Smith Jr. más conocido como Sugar Ray Robinson, nació el 3 de mayo de 1.921 en Ailey, una ciudad ubicada en el condado de Montgomery en el estado de Georgia. Existe una controversia sobre su ciudad natal, ya que este lugar se le acredita según su certificado de nacimiento, pero según el libro de su biografía fue en Detroit, Michigan, donde nació.
Sobre la edad de 14 años, comienza a boxear. George Gainford, quien sería su manager y estaría junto a Ray toda su carrera, utilizó la vieja licencia de un boxeador llamado Ray Robinson ya que Walker Smith Jr. no estaba registrado, y a partir de ese momento, sería Sugar Ray Robinson.
Como boxeador aficionado disputaría 85 combates, ganando los 85. 69 de ellos por K.O. y 40 de ellos en el primer asalto. Así mismo conquistó los Guantes de Oro en 1.939 en la división del peso Pluma.
Con tan solo 20 años se convertiría en profesional, debutando el cuatro de octubre de 1.940, nada más y nada menos que en el Madison Square Garden de New York ante el boxeador portorriqueño Joe Echeverría, al cual despachó en el segundo asalto. Tras veinte combates invicto, se enfrenta al Campeón del Mundo del peso Ligero Sammy Angot, sin que estuviese en juego el Campeonato del Mundo. Robinson vencería por puntos por decisión unánime, en un combate pactado a diez asaltos y disputado el 21 de julio de 1.941 en el Shibe Park de Filadelfia, Pensilvania.
Ray Sugar Robinson se mantendría invicto en sus cuarenta primeros combates, en su combate 41º enfrentó por segunda vez al mítico Jake La Motta, al cual venció por puntos en el primero de los seis enfrentamientos que disputarían.
Hollywood, sacó buen provecho del libro de Jake La Motta basado en sus memorias, publicado en 1.970 Raging Bull: My Story. En 1.980 se estrenaría la película dirigida por Martin Scorsese y protagonizada por Robert de Niro, interpretando a Jake La Motta.
El cinco de febrero de 1.943, el Olimpia Stadium de Detroit sería testigo de como perdería el invicto el bueno de Robinson, perdiendo por puntos, en combate disputado al igual que el primero a diez asaltos. En este segundo combate, en el octavo asalto, La Motta conectó una poderosa derecha al cuerpo y de inmediato una izquierda a la cabeza, que sacaría a Robinson del Ring. Mientras Robinson regresaba al Ring, sonó la campana, que dio por finalizado el asalto y le salvó ésta de la derrota por K.O.. Robinson logró finalizar en pie el combate y las tarjetas dieron como vencedor a La Motta por puntos.Pronto se cerraría el acuerdo para que se llevara a cabo el tercer enfrentamiento entre ambos púgiles. Tras la derrota, Robinson se enfrenta a Jakie Wilson para reencontrarse nuevamente con la victoria, y llegar en positivo al que sería su tercer enfrentamiento ante el Toro Salveje, Jake La Motta, también conocido como el Toro del Bronx. Con una victoria para cada boxeador, el combate de pronóstico incierto, levantó todas las expectativas que era de esperar. Había nacido una de las rivalidades más icónicas del Boxeo.
El veintiséis de febrero de 1.943 y de nuevo en el Olimia Stadium de Detroit, veintiún días después, volvieron a cruzar sus guantes Ray Sugar Robinson vs Jake La Motta, siendo árbitro de la contienda el Sr. Sam Hennessey, Robinson puso la balanza a su favor venciendo por puntos a La Motta, el árbitro de la contienda puntuó 49-51 a favor de Robinson, igualmente a favor de Robinson puntuarían los jueces Joe Lenahan 44-56, y Frank Fisher 47-53.
Desde su derrota el cinco de febrero de 1.943 ante La Motta, se mantuvo invicto hasta el diez de julio de 1.951, donde perdería contra todo pronóstico en Londres ante el inglés Randy Turpin, siendo éste el último combate de una gira europea y donde ponía su corona mundial de la categoría reina del Boxeo en juego, el peso Medio.
Antes, volvería a enfrentarse y ganar por cuarta y quinta vez a Jake La Motta. En 1.945, vencería por puntos a su ídolo de infancia Henry Armstrong, y conquistaría el Campeonato del Mundo del peso Welter el veinte de diciembre de 1.946 ante Tony Bell en el Madison Square Garden de New York. Tras seis años, tuvo finalmente la oportunidad de disputar el Campeonato del Mundo, al haber dejado la corona vacante Marti Servo.
Junto a Tony Bell, fue nombrado aspirante oficial y en combate disputado a quince asaltos, se proclamó por primera vez Campeón Mundial de los pesos Weltwer.
Tras cuatro victorias vuelve a competir con el Campeonato Mundial en juego, venciendo por K.O. en el octavo asalto a Jimmy Doley. Desgraciadamente, tras el combate, Jimmy Doley debió ser trasladado al hospital, donde fallecería como consecuencia del castigo recibido.
Continuó cosechando victorias, siempre ante los mejores rivales, y cosechando nuevas defensas exitosas del Campeonato del Mundo, dando cuenta de Chuk Tailor, Bernard Docusen, Kid Gavilán, Charley Fusari, éste último supuso su último combate por la corona de los pesos Welter. Siendo Campeón del Mundo peso Welter desde el veinte de diciembre de 1.946 hasta el 9 de agosto de 1.950 que tras ganar al mencionado Charley Fusari, abandona la división por la dificultad que tenía en lograr el peso.
Transcurrirían diez combates, incluidos los de una gira europea que le llevaría a los cuadriláteros de; París, Bruselas, Ginebra, y Frankfurt. Más los disputados en Estados Unidos e invicto en los diez combates, antes de asaltar el Campeonato del Mundo del peso Medio, que le llevaría a enfrentarse por sexta y última vez al vigente Campeón del Mundo del peso Medio, el Toro del Bronx, Jake La Motta.
El catorce de febrero de 1.951, en la ciudad de Chicago, quince mil personas abarrotaron el estadio y millones de personas más lo verían por televisión, nadie quería perderse aquel combate en el que el Campeón del Mundo del peso Medio Jake La Motta, se enfrentaba con el título de la categoría reina del Boxeo en juego, por sexta vez al Príncipe de Harlem, Sugar Ray Robinson. Aquel combate pasaría a los anales de la Historia boxística como: “St. Valentine’s Day Massacre.”
Sus personalidades y estilos eran totalmente diferenciados y opuestos. Por un lado el brutal Toro Salvaje que era un gran fajador y pegador y por el otro, el bailarín de claqué, el estilista y técnico, que además era buen encajador y pegador. A medida que transcurrían sus carreras se incrementaba su rivalidad. Si bien es cierto que en el quinto combate que les enfrentó, salió victorioso por puntos Robinson, fueron muchísimas las voces reclamaron esa victoria para La Motta, en un combate muy cerrado en el que ambos boxeadores finalizaron la contienda con lesiones y ensangrentados. Sobre este quinto combate entre ellos, Ray declararía que fue la más dura batalla que había tenido en toda su carrera. Por lo que Ray Sugar Robinson, tenía la firme intención de dejar claro quien era el mejor, ya que tenía la impresión de que el 4-1 a su favor en cinco combates no era suficiente.
La Motta tuvo que perder casi dos kilos para dar el peso, sabía que le repercutiría en el combate, Robinson también lo sabía. La Motta consciente de que su resistencia estaba mermada quería lograr la victoria por la vía del cloroformo, frente a él un Robinson excelso técnicamente, físicamente y con mucha agresividad en sus acciones. Mientras La Motta trataba de noquearlo lanzando poderosos golpes a la cabeza de su adversario con ambas manos, Robinson castigaba las costillas y estómago de su rival con poderosos golpes curvos para hacerle perder el fondo.
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